domingo, 5 de junio de 2016

Blog en reparación... O, al menos, la escritora lo está.




En primer lugar, quiero pedir disculpas por desaparecer sin avisos ni explicaciones, más que la insinuación en mi último relato.

El caso es que... Si tuve tiempo para poner en marcha por fin el blog, después de tantos años de darle vueltas, fue porque a raíz de una mala caída y una historia muuuuuy larga —que incluyó médicos incompetentes, malos diagnósticos, dos operaciones, tornillos de cinco centímetros y un dolor agónico— me encontré sin poder moverme de la silla durante meses y meses, que se alargó hasta pasar el año —dieciséis meses, y seguimos sumando.

La mayor parte de este tiempo dependí de las muletas para poder moverme por casa y a fisioterapia. Para alguien que no tenga problemas en las muñecas —ya sea tendinitis, síndrome de túnel carpiano, capsulitis sinovial o cualquiera de las variantes causadas por esfuerzos repetitivos— quizá no le parezca la gran cosa. En mi caso, las muñecas siempre fueron parte delicada de mi anatomía, y pasar más de un año cargando todo mi peso en las manos las llevó al límite de perder completamente el control y sensibilidad. Creo que no hay sensación más desesperante que perder el uso de tus brazos, especialmente cuando eran tu única posibilidad de autonomía y la escritura lo único que te mantenía cuerdo.

Había superado con creces el límite, ignorado todos los avisos de mi cuerpo —por necesidad— y ahí estaban las consecuencias: Brazos dormidos desde el codo hasta la punta de los dedos. Sin nada que hacer, excepto dejar de usarlos. Durante estos meses que pasé lejos del blog me centré en cuidar las manos tanto o más que al pie operado, esperando poder volver cuanto antes pero con la firme intención de no llegar a esos extremos otra vez.

¿He vuelto? En principio sí. Hace dos meses ya que dejé de usar las muletas definitivamente, y de a poco los brazos se van recuperando. Procuraré tener actualizaciones semanales, una o dos, según vea que responden las manos. Volver a comprometerme con tres semanales me parece un despropósito físico, tal como están las cosas.

Gracias por la paciencia... y por leer semejante papiro. Pronto volverán las entradas habituales, con más ganas y determinación que nunca.

Adrielle Damini.

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