lunes, 21 de marzo de 2016

LO ESCRITO: Mente vs. Corazón



PRIMER ACTO

La sala polivalente, todo oscuro excepto la esquina izquierda más alejada de la puerta, donde hay un escritorio de madera antigua, pantalla grande en el centro, un teclado delante y un ratón con su alfombra a la derecha. Una butaca cómoda, con ruedas y reposabrazos frente al escritorio. Altavoces de gran calidad colgados del techo en cada esquina de la sala.


ESCENA I

CORAZÓN entra con prisa, nervioso, y se sienta en la butaca. Enciende la pantalla mirando por encima del hombro. Abre el buscador y teclea sin mirar. Hace un par de clics, murmurando para sí, hasta encontrar el vídeo que busca. Música swing empieza a sonar por los altavoces, llenando la sala, mientras que ocupan la pantalla diferentes parejas bailando lindy hop. Baila en la silla sin darse cuenta.

CORAZÓN (susurrando, palmeando a contratiempo en los muslos): Pronto... Muy pronto...

Entra MENTE con el ceño fruncido y ademanes enfadados. Se acerca sin hacer ruido hasta CORAZÓN y da un golpe fuerte con la palma abierta sobre el escritorio, haciéndole saltar en la butaca y girarse con expresión culpable.

MENTE (gesticulando): ¿Qué pronto ni qué pronta? ¡Con el pie así va a bailar!

CORAZÓN: La estoy motivando, seguro que se cura antes con una meta...

MENTE (al tiempo que vuelve a golpear el escritorio): Déjate de metas, ¿no ves que nació con dos pies izquierdos?

CORAZÓN (persuasivo): Si pudimos hacerlo una vez, vamos a poder dos.

MENTE niega con la cabeza y sacude la mano, rechazando el argumento.

MENTE (controlando el tono): Eso fue en la universidad, ¡hace diez años! Y no te emociones, que de la memoria me encargo yo (se señala y luego señala a los bailarines), y no fue así ni de lejos. Además, ¿no tendría que estar escribiendo? ¡Que queda poquísimo para el CampNaNoWriMo! ¡Y ella perdiendo el tiempo!

CORAZÓN (sonriendo inocente): No está perdiendo el tiempo. Se llama... ¿cómo lo llamas? ¡Ah, sí! ¡Documentarse para la siguiente novela!

CORAZÓN se gira de nuevo hacia la pantalla, con gesto seguro. Con un par de clics más, pone en pantalla completa a una conocida pareja de bailarines. La representación es cómica a la par que profesional. MENTE es incapaz de controlarse. Empieza dando golpes con la punta del pie, pero al poco rato está bailando sin moverse del lugar.

CORAZÓN: ¿No ves a Tory, haciendo lo imposible por convencer a Héctor?

MENTE: ¿Y dices que esto puede contar como documentación?

CORAZÓN sonríe como el gato de Cheshire, todavía de cara al monitor. Mirando su reflejo en la pantalla cambia la expresión por una inocente y se gira a mirar a MENTE. Extiende una mano.

CORAZÓN (con voz ronca): ¡Bailemos, "Héctor"!

MENTE chasquea los dedos. Se encienden los focos, iluminando todo el espacio y descubriendo la pista de baile rectangular que ocupa tres cuartos de la sala. CORAZÓN chasquea los dedos a su vez, y sube el volumen de la música hasta que pueden sentirla pulsando en la sangre y retumbando en su caja torácica. Mirándose a los ojos, ambos cuentan dos compases con todo el cuerpo y salen disparados, improvisando un lindy hop rápido, perfectamente sincronizados, moviéndose por toda la pista.


¡Ay, la libertad de los que no están atados por las leyes de la física!

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