Este
es un book-tag, un juego donde hay que seleccionar una serie de
libros en base a ciertas consignas, y explicar resumido el porqué de
esa elección. En este caso, voy a responder al book-tag de los
siete enanitos de Blancanieves.
1-
GRUÑÓN (un libro que me enfadó):
EL
PROCESO, de Kafka. Durante toda la novela estás empujándote para
seguir leyendo y no revolear el libro, esperando que al final se
entiendan muchas cosas —especialmente, por qué lo persiguen y
juzgan—, pero... No, básicamente fue una completa pérdida de
tiempo para mí. No se sabe nada en absoluto durante todo el libro,
ni siquiera al final.
Está
bien, es cierto que no es un libro editado en circunstancias
normales, sino una obra inconclusa y publicada de manera póstuma.
No puedo juzgar a Kafka por ello, sólo decir que la versión que leí
me dejó una sensación de rabia inmensa por el tiempo que le había
dedicado... para semejante decepción.
2-
MUDITO (un libro que me dejó sin palabras):
YO
ANTES DE TI, de Jojo Moyes. Me dejó sin palabras, y los que lo
hayan leído sabrán por qué. Aunque trata un tema dramático,
durante toda la novela se mantiene el tono sarcástico, a veces
cínico, optimista... Es un canto a la vida que va desarrollando todo
un abanico emocional, creciendo y diversificándose hasta llegar al
final, donde toda esa carga emotiva se desborda. Después de
terminar, me llevó un par de días superarlo.
3-
TÍMIDO (un libro que me diera vergüenza leer, o que la gente
supiera que estaba leyendo):
En
esta pregunta, la mayoría de la gente que respondió el tag dijo CINCUENTA SOMBRAS DE GRAY, de L. J. Smith. Y podría ser, pero creo
que yendo atrás en el tiempo, volviendo a la secundaria —momento
máxime de la vergüenza de todo ser humano, podríamos decir—,
hubo otro tipo de libros que preferí mantener «para mí».
Y no
me refiero a otros que los libros infantiles. Sí, lo sé, ¿qué tan
malo puede ser? Bueno, el caso es que todos, compañeros, profesores,
directivos, tenían mi imagen de alumna modelo, lectora de clásicos
de la literatura... No sé, en aquel momento parecía que si
descubrían que paralelamente leía historias tan infantiles... Les
daría a unos más motivos para hacerme la vida imposible, y
decepcionaría a los otros. Una tontería, claro, pero que en aquel
momento se sentía real.
4-
SABIO (un libro con el que haya aprendido):
Esta
pregunta es difícil. Creo que —a
menos que el libro haya sido muuuuy malo, ya sea mal escrito o mal
documentado— siempre se puede sacar algo de la lectura. Pero si
tuviera que decir un libro, creo que elegiría NACIDA DE LA
VERGÜENZA, de Nora Roberts. O todos los libros de Nora Roberts, en
realidad.
Es
una autora que se documenta tanto y lo incluye tan bien en la
narración que no se hace notar. Aprendes todo lo que hay que saber
sobre esculturas de vidrio en uno, sobre el adiestramiento de perros
de rescate en otro, o sobre el trabajo a contrarreloj de los bomberos
paracaidistas... Narra las cosas de forma que te creas que realmente
no ha hecho otra cosa en su vida que aquello que te está
describiendo.
5-
ALEGRE (un libro divertido):
Ay...
Esta pregunta también es difícil. Son tantos los libros que podría
poner, que elegir solo uno es... Va, pongo el último que leí de ese
tipo: EL CHICO DE LA VENTANA DEL BAÑO, de Lady Reynolds. Podéis leer la reseña que hice del libro en este enlace, así que no me extenderé más con él.
6-
MOCOSO (un libro con el que haya llorado a mares):
MARTES
CON MI VIEJO PROFESOR, de Mitch Albom. Es una historia para llorar,
ya desde el principio se sabe. En ese sentido no hay lugar a engaños:
por un lado, porque es una novela biográfica —cero
adornos multicolor y milagros de última hora para salvar al
protagonista— y por otro, porque la historia empieza al saber el
profesor que está enfermo de ELA.
Aunque
al principio podría parecer un dramón lacrimógeno de principio a
fin, de esos que te dejan hecho polvo y con tendencias depresivas, lo
cierto es que es una novela maravillosa. Muy fuerte emocionalmente,
sí, pero el profesor va aceptando cada nueva pérdida, cada nueva
limitación, con tanta dignidad y entereza... No es en absoluto lo
que alguien espera encontrar después de saber cuál es el tema de la
novela. Recomendado con máxima puntuación.
7-
DORMILÓN (un libro soporífero):
Uf...
Para este apartado tengo un trío de autores que soy incapaz de leer
sin bostezar: Marco Polo, Benito Pérez Galdós y J. R. R. Tolkien.
EL
LIBRO DE LAS MARAVILLAS, sobre los viajes de Marco Polo, empecé a
leerlo a los quince años y nunca pude terminarlo. Quizá lo intenté
demasiado joven, siendo una narración antigua... No creí que fuera
a tener problemas, habiendo leído LA ILÍADA y LA ODISEA de
Homero ese mismo año. No sé, quizá debería darle una nueva
oportunidad ahora que ha pasado tanto tiempo.
A
Benito Pérez Galdós lo leí en el secundario, por obligación. Se
notaba demasiado que había intentado estirar al máximo posible la
narración para que la novela por entregas le diera más beneficio. Además de parecerme horrible el final de MARIANELA, me resultó in-fu-ma-ble.
Y
quizá el más polémico de los tres, J. R. R. Tolkien. No puedo
soportar que sea taaaaaan imposiblemente descriptivo y la historia no
avance ni retroceda. ¿Qué necesidad hay de que me describas cada
brizna de hierba, cada tonalidad del verde musgo que cubre las
piedras que se encuentran en el camino? Aunque él quizá sea el
único que escribió las historias con esa intencionalidad,
precisamente: Dormir al auditorio. Dicen —llega
un momento en que no se puede saber a ciencia cierta qué es realidad
y qué leyenda urbana— que Tolkien escribió la saga de EL SEÑOR
DE LOS ANILLOS como historias para contarle a sus hijos a la hora de
dormir. Visto desde ese enfoque, debo darle un 100/100 porque a mí
me dejó fuera de combate cada vez que hice el esfuerzo por darle
otra oportunidad.
Bueno,
esos son mis siete libros y autores. ¿Y vosotros? ¿Qué libros o
autores pondríais?
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