TÍTULO:
El chico de la ventana del baño
AUTORA:
LadyReynolds
DÓNDE
LEERLA: Wattpad
ESTADO:
Completa (60 capítulos)
SINOPSIS
«Una
pregunta, ¿es normal hablar con un chico que no conoces y que no has
visto en tu vida mientras te duchas? Aja. Lo que me temía.
No,
no es normal.»
RESEÑA
Esta
es la historia de Clara, su nuevo vecino y un bote de gel de ducha
vacío. Bueno, no, en realidad no. Pero lo que sí es cierto es que
ese bote de gel tuvo la culpa de todo lo que pasó después.
Viviendo
en edificios adyacentes y con las ventilaciones de los baños
enfrentadas, les resulta imposible no oírse entre sí. Aunque al
principio Clara desconfía y se siente incómoda por su insistencia
en hablarle, con el paso de las sucesivas duchas no sólo hablan,
sino que se convierten en grandes amigos, consejeros y terapeutas
mutuos.
Hasta
la mitad de la novela, el único escenario es el baño de Clara.
Incluso después, los demás escenarios son pocos y concretos, cosa
que me gustó de esta autora: Aplica el precepto de «menos es más»
a la perfección. Y el estilo minimalista se extiende también a los
personajes y el largo de los capítulos. Personaje que aparece,
personaje que tiene una función concreta en la historia.
Siempre
que leo una narración, del formato que sea —novela, novela corta,
cuento, relato...—, me hago una pregunta al terminar de leer: Si
quitara a X personaje, ¿modificaría la trama? ¿Perjudicaría a la
historia si X no apareciera? ¿O es completamente inocuo? En el caso
de El chico de la ventana del baño, todos y cada uno de los
personajes aportan algo. Algunos son fundamentales para la trama, otros le aportan ritmo o comicidad, pero está claro que la novela no quedaría indiferente si
quitáramos a cualquiera de ellos. Y eso es, para mí, fundamental a
la hora de hilar una buena historia.
En
general, están bien construidos y son consecuentes con sus
respectivas personalidades y trasfondos. Incluso la figura de Axel,
por el que siento un odio profundo y visceral —sin duda, la
intención de la autora— es coherente desde que empieza hasta que
termina. Pero. En esta parte hay un pero muy grande.
¡Clara, por lo que más quieras! ¿Cómo vuelves a caer con la misma piedra? Ya sé que aquí todos —hayan leído o no el libro, es indistinto—
me saltarán encima argumentando que el amor no es racional, y que
ella está enamorada y todo eso. Bien, tendré que confiar en vuestra
palabra sobre el asunto. Yo siempre fui una persona racional antes
que emocional —esa parte se la dejo a la otra Adrielle, la
soñadora—, y una cínica de cuidado, así que...
Está
bien, dejemos estar el enamoramiento equivocado de Clara y pasemos al
segundo punto, el que de ninguna manera le puedo perdonar.
[ALERTA
SPOILER]
Que su
madre venga a secuestrarla y ella no sea capaz de decir NO, me
molesta. Pero una vez más, podrían argumentar que no soy la más
adecuada para juzgar. Está bien, se acepta. Sin embargo... ¿No se
te ocurre llamar por el portero eléctrico para avisar de que te vas
durante TANTO tiempo? En su lugar, nadie te hubiese esperado. Porque
no tenías su teléfono, es cierto, pero la dirección sí. ¡Sabías
dónde vivía!
[FIN SPOILER]
Adrielle,
respira... Ya pasó, ya pasó...
Pero
es que...
Esa
es la diversidad de la naturaleza humana, hay que aceptar y respetar,
aunque no compartas las elecciones que hagan. ¿Por qué no das por
terminado el análisis de los personajes y pasas otro punto?
Bueno,
está bien... Siguiendo con el análisis de los aspectos formales del
libro —más allá de la buena trama y personajes—, el estilo
general de la autora es muy fácil de leer, con una narración ágil,
fresca y a menudo muy cómica. Los capítulos cortos pasan volando.
Tanto que aunque digas «Vale, sólo uno más que ya se hizo tarde»
acabarás leyendo hasta el final, así de un tirón.
En
cuanto a la puntuación y maquetación del texto, así como la
corrección gramatical —en mi opinión, tanto o más importante que
tener algo bueno y original que contar—, debo restarle puntos. Está
claro que en textos de la extensión de una novela es muy difícil
que no se escape de la revisión ninguna errata, algún punto mal
puesto o sobrante. Nadie
puede tirar la primera piedra en ese sentido ni es lo que pretendo.
Pero hay otro fallo que a mi parecer no puede pasarse por alto a la
ligera: Los diálogos. Más concretamente, las acotaciones.
Encontrarme los diálogos escritos en párrafos separados de las
acotaciones me hizo rechinar los dientes durante toda la lectura.
—¿Podrías
darnos un ejemplo?
Preguntó
alguien, seguramente la otra Adrielle.
No. Simplemente, no. No se puede poner así.
Está bien, sí, la novela fue ganadora de los Premios Wattys 2015, y creo que si
nos fijáramos únicamente en la trama... Sí, para mí también
sería ganadora. Es una historia MUY recomendable para pasar un rato
relajado y divertido. Sin embargo, por los detalles que mencioné
antes, no puedo darle mayor puntuación.
NOTA FINAL: Buena (5/10)
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